El vertido minero de Aznalcóllar ocasionó unos daños ambientales y socioeconómicos a la cuenca del Guadiamar hasta entonces nunca conocidos. Ante la evidencia del perjuicio que este accidente produjo, la Administración Pública pretende elaborar un proyecto que no sólo minimice y corrija los impactos ambientales y sociales del vertido minero, sino que cree además un corredor ecológico entre Sierra Morena y el litoral de Doñana. Con ello, no sólo se restauraría los sistemas ecológicos de la cuenca sino que se aprovecharía la oportunidad para elaborar soluciones más amplias que mejoraran la calidad de vida de sus habitantes. Así nace el proyecto Corredor Verde del Guadiamar, cuyo objetivo principal es la integración de dos aspectos fundamentales: a) la restauración y conservación de la funcionalidad de la cuenca del Guadiamar como corredor ecológico y b) el desarrollo sostenible de los sistemas humanos asentados en la zona afectada.